En Toronto, cada año se celebra Nuit Blanche. Por una noche, de 7pm hasta el amanecer, la gente anda de exhibición en exhibición por todo el centro de la ciudad. El resultado es una mezcla de arte y fiesta (según el gusto de cada cual: fiesta del arte o arte de la fiesta). En mi barrio estaba esta instalación, y recuerdo que esa noche había una cola larguísima para pasar por dentro del “edificio” de sillas; pero yo, en buen cubano, me colé y entré como Pedro por su casa. No fue intencional, sino que distraída entre la cantidad de gente y la oscuridad, no me fijé (esa es mi versión oficial :))).
Para hacer el cuento corto, días después volví, y me fijé en estas sillas que invitaban a que uno se sentara frente a la instalación. Me senté. Según la explicación de la obra, “los objetos contienen memorias, como si cada persona que se sentara en estas sillas hubiera dejado un pedazo de sí, un recuerdo que se extiende por generaciones y culturas”. Me gustó la idea, tal vez porque recordé que ando como el cuento de la buena pipa con el tema del website, animando a los/las nikkeis a que participen en el proyecto. Entonces se me ocurrió que sería genial si pudiera invitarlos a compartir sus memorias con un simple: pasa, toma asiento, o para decirlo como la foto: Have a seat.