Por Miharu M. Miyasaka
“Kenichi y Santiago de Cuba” es un capítulo del libro Un japonés en Santiago de Cuba: Una historia de amor, de la historiadora santiaguera Lidia Antonia Sánchez Fujishiro. Aunque la presente reproducción (con autorización de la autora) respeta el contenido y la forma del texto impreso, el formato de las notas ha sido modificado, en el original tienen una numeración diferente y no aparecen al final. En este caso, las imágenes han sido intercaladas en el capítulo (tres de ellas son inéditas), con casi todas sus anotaciones originales.
Sánchez Fujishiro fue profesora en la Universidad de Oriente, y museóloga. Ha publicado trabajos sobre figuras de la historia de Cuba de los siglos XIX y XX. En la actualidad está investigando sobre la presencia japonesa en el Caribe, una de las menos estudiadas en el ámbito latinoamericano. Su libro contribuye a expandir este limitado horizonte bibliográfico, y, en el caso específico de Cuba, amplía el escaso conocimiento que se tiene de los inmigrantes japoneses y sus descendientes en la zona oriental del país. Si bien la autora ha revelado que “escribir la historia de mi abuelo . . . tuvo su génesis en el intento de detener las secuelas de una enfermedad que condenaba a mi madre a la pérdida de su memoria. La obligada introspección a mi mundo familiar me hizo percatarme de que estaba ante un hecho legitimador . . . de la diversidad cultural de Santiago de Cuba a principios del siglo pasado, . . . la integración de la presencia japonesa a la vertiente humana que pobló la ciudad en esa época contribuyó a cualificar el perfil étnico que la caracterizaba”.
El capítulo “Kenichi y Santiago de Cuba” representa la narrativa general del libro, un "diálogo" constante entre documentación e imaginación, que, como toda historia, se propone delimitar un "horizonte de posibilidades” de cara al pasado. La autora se lanza a la audaz aventura de construir, con una limitada información, un evento migratorio ocurrido a principios del siglo XX; con este objetivo en mente, una serie de conexiones fluye entre unos marcos referencial e hipotético. Sánchez Fujishiro hace de la ciudad uno de los personajes que influencian la vida de su abuelo, y viceversa, el inmigrante también activa significativamente el espacio urbano a través del contacto con sus calles, arquitectura, paisaje, habitantes y costumbres.
En la presentación de Un japonés en Santiago de Cuba en la Feria del Libro de La Habana, en marzo de 2014, Sánchez Fujishiro dedicó su historia a sus abuelos, al aniversario 400 de la presencia japonesa en Cuba (que conmemora la visita del samurai Hasekura Tsunenaga a La Habana en 1614), a los 500 años de la fundación de Santiago de Cuba (en 1515), y, sobre todo, a los inmigrantes, cuyos inputs culturales han sido fundamentales en la formación de una identidad cubana y santiaguera.
Sánchez Fujishiro, Lidia Antonia. "Kenichi y Santiago de Cuba". Un japonés en Santiago de Cuba: Una historia de amor. Santiago de Cuba: Ediciones Santiago, 2013. 23-29. Impreso.